31.12.11

Querido 2012:

Se acaba el año y empieza otro.


Miras hacia atrás y haces cuenta de las cosas que has hecho en estos 365 últimos días: cumpleaños, exámenes, viajes, chocolate, risas, mentiras piadosas, enfados, reconciliaciones, lluvia, descubrimientos, amigos nuevos, pérdidas, accidentes, barbacoas, llamadas de teléfono...


Haces un balance de lo bueno y malo, como dice la canción. No es otro año más, el 2011 ha sido un año realmente intenso. Empezó con una maravillosa fiesta de Fin de Año, continuó con exámenes y celebraciones y finaliza con un giro de 360º a todo lo estipulado.


El 2011 fue durante momentos el peor año de la historia, y está siendo por instantes el más maravilloso. ¿Por qué?
El porqué es algo que realmente no importa. No, ¿Qué más dará el por qué? ¿Cuándo? ¿Cómo?
En el momento en el que tu vida ha girado radicalmente y estás, tanto alerta como relajada, ante las nuevas situaciones que se te presentan y con cada paso te asombras más aún de que todo es mucho más fácil de lo que parece... entonces, los porqués son terciarios.


Querido 2012, en este último año al que digo adiós he aprendido que los mejores placeres del mundo vienen cuando menos te lo esperas y en el formato más sencillo.
Sólo pido y espero que este nuevo año que entra, 2012, corrobore tal teoría.




Atentamente, A.S.M.

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