3.6.12

Panta rei.



Siempre he sido de las que piensan que, en la vida, hay dos tipos de personas: las que son felices y las que no.
Es fácil saber quién es quién: basta con pasear un rato por la calle y mirar las caras a las personas que se cruzan. Concretamente, los ojos. Hay ojos brillantes y vivos, que se cruzan con los tuyos y algunos incluso se achican porque te han regalado una sonrisa. Hay otros que, por el contrario, no se cruzan nunca, y si lo hacen, están vacíos, oscuros pese a que puedan tener el iris azul, y llenos de incertidumbres y ocupaciones.




Generalmente, la vida te ofrece a cada instante millones de ofertas. Cada segundo, sin quererlo o conscientemente, estás eligiendo un camino u otro, un bolígrafo verde en vez de negro, una camiseta de cuadros en vez de un vestido, o café solo y con mucho azúcar, en vez de un batido. La vida y las circunstancias que te rodean te muestran  opciones... y te muestran formas de ser feliz. Claro está, que no todas, de hecho, me atrevería a decir, que muy pocas son la vía fácil.
Las personas solemos coger todas las opciones y no dejarnos llevar por lo que nos hace realmente feliz en el momento, sino coger el cajón (desastre) de prejuicios, el baúl de la razón, y vaciarlo al completo en la bifurcación. 






Todas esas frases o esos muros que tenías guardado y que, con demasiada frecuencia, usas, se dispersan y se reúnen en una opción: la más arriesgada. "¿Para qué arriesgarse?" - dicen - "Tienes que pensar en tu felicidad futura, es muy complicado y sufrirás". Y entonces, el pequeño ser humano, agustiado con tantas quejas, cierra los ojos y se autoconvence de que no puede, eligiendo la opción más sensata.



Siempre he sido de las que piensan que, en la vida, hay dos tipos de personas: las que son felices y las que no.
Es fácil saber quién es quién: los que eligen en cada momento de la vida la solución que les hace más felices, sin pensar en si es la más acertada en el futuro, sino ciñiéndose al presente, son los que, al caminar, tienen los ojos brillantes y vivos.
Los que, por el contrario, tienen demasiada vista futura, poniendo a la felicidad como la meta, y no como el camino, ésos son los que llenan su vida y su mirada de prejuicios y muros irromplibles, y son los que apenas pueden fijarse en su alrededor para poder ser felices a cada segundo.


Y yo siempre hago la misma pregunta... ¿Tanto es el riesgo que se corre haciendo lo que te hace feliz en el presente? Si es así, amigo mío o amiga mía... ¿Acaso la vida no consiste en elegir y arriesgar?




"El pasado ya está escrito, el futuro es incierto, y el ahora es un regalo... por eso se llama 'presente' ".

2 comentarios:

  1. Una de las cosas mas ciertas, sensatasd, y bonitas, que he leido en mucho tiempo =)

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